martes, 19 de mayo de 2009

tema 4: restric del comercio internacional-grupo 1


República Bolivariana De Venezuela
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
Núcleo Palo Verde
Curso: COMERCIO INTERNACIONAL
Sección: C







RESTRICCIONES DEL
COMERCIO INTERNACIONAL






Participantes:

Lucrecia Ojeda C.I. No. 10.524.089
Isaac Caraballo C.I. No. 19.478.663
Yorledy Velásquez C.I. Nº 16.412.960

Facilitador:
Prof. Ismael Arellano


Abril 2009
Libre Comercio

Es un concepto económico, referente a la venta de productos entre países, libre de aranceles y de cualquier forma de barreras comerciales. El libre comercio supone la eliminación de barreras artificiales (reglamentos gubernamentales) al comercio entre individuos y empresas de diferentes países. En una zona de libre comercio los países firmantes del tratado se comprometen a anular entre sí los aranceles en frontera, es decir, los precios de todos los productos comerciales entre ellos serán los mismos para todos los integrantes de la zona, de forma que un país no puede aumentar (mediante aranceles a la importación) el precio de los bienes producidos en otro país que forma parte de la zona de libre comercio.

El comercio internacional es a menudo restringido por diferentes impuestos nacionales, aranceles, impuestos a los bienes exportados e importados, así como otras regulaciones no monetarias sobre bienes importados. El libre comercio se pone a todas estas restricciones.

Historia


El Libre comercio fue una doctrina política surgida en el siglo XVIII en oposición al entonces reinante mercantilismo. Su premisa básica es que las restricciones impuestas por los gobiernos al intercambio voluntario de bienes y servicios perjudican a la economía y disminuyen el volumen de comercio.

Sus defensores se dividían entre Utilitarios, que defendían el pragmatismo y las ventajas de incrementar el comercio, y los Manchesterianos (o liberales) que defendían el derecho fundamental de todo hombre a intercambiar libremente su propiedad con nacionales y extranjeros. Su mayor victoria fue la derogación de las Leyes de Cereales por parte de Robert Peel en 1846 tras una larga y célebre campaña por parte de Cobden y Bright.

Desde 1950, cuando Robert Schuman lanza la idea que lleva a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), lo que constituye el inicio de la actual Unión Europea (UE), esta organización ha implementado distintas formas de libre comercio entre sus miembros mediante las zonas francas. En 1994, los Estados Unidos (EE.UU.) iniciaron su primer ejercicio de libre comercio con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que incluye a México y Canadá.

Argumentos a favor y en contra

Algunos de los acuerdos que han sido denominados de «libre comercio» por sus proponentes, pueden crear barreras al mercado libre. Los críticos de estos tratados los ven como una forma de protección de los intereses de las empresas multinacionales. Otros más críticos aún como los mutualistas piensan que sencillamente la retórica del «libre comercio» o «libre mercado» ha sido cooptada por las élites económicas para favorecer el corporativismo. Los partidarios del comercio justo reclaman que no haya intervenciones o subsidios que distorsionan, pero se, los precios. Existe un debate permanente de si el libre comercio ayudará o no a las naciones del tercer mundo. Se cuestiona incluso si el libre comercio es conveniente o no para el mundo desarrollado. Muchos economistas argumentan que el libre comercio mejora la calidad de vida a través de la teoría de la ventaja comparativa y de las economías de escala. Otros argumentan que el libre comercio permite a los Países desarrollados explotar a los países del tercer mundo, destruyendo la industria local de estos países. En contraposición se ha dicho que el libre comercio afecta al mundo desarrollado por la pérdida de empleos de estas naciones, los cuales se mueven a otros países, produciendo una carrera hacia el abismo que genera un deterioro general de los estándares de salud y seguridad.


Como argumento a favor, el libre comercio supone un estímulo a los países a depender económicamente entre sí, con lo cual se disminuyen las posibilidades de enfrentarse e ir a una guerra. Algunas descripciones de la ventaja comparativa están basadas en la condición necesaria de «inmovilidad de capital». Si los recursos financieros se pueden mover libremente entre distintos países, la ventaja de la teoría comparativa se erosiona, y hay un dominio de quien tiene la ventaja absoluta. Dada la apertura de flujos de capital que acompañó los acuerdos de libre comercio de la década de 1990, la condición de «inmovilidad de capital» no tiene ya validez. Como consecuencia, se puede argumentar que la teoría económica de la ventaja comparativa no puede utilizarse como soporte a la teoría de libre comercio. Sin embargo, como lo ha expresado el economista Paul Krugman, el teórico económico del siglo XIX David Ricardo, quien formuló la doctrina de la ventaja comparativa, vivió él mismo un periodo de alta movilidad de capitales. La implementación actual del libre comercio hoy ha sido muy criticada. Una queja común es que los países desarrollados tienden a presionar al tercer mundo para que abran sus mercados a los productos industriales y agrícolas de las naciones desarrolladas, a la vez que se oponen a abrir sus mercados a los productos agrícolas del tercer mundo.

Una razón indiscutible contra el libre comercio es que las barreras comerciales como cuotas de importación y subsidios agrícolas no permiten competir a los agricultores del tercer mundo en sus mercados locales y menos aún en el comercio mundial, incrementando así la pobreza en los países en via de desarrollo.

Adicionalmente se ha resaltado que el concepto actual de libre comercio favorece el movimiento libre de productos y empresas, lo cual es favorable para los países desarrollados, pero esto no va a la par con el libre movimiento de trabajadores, lo cual favorecería a las naciones del tercer mundo. Algunos sugieren que el libre comercio genera cambios demasiado rápidos en las condiciones de vida y en el mercado laboral profesional.

PROTECCIONISMO


Doctrina económica que concede sentido económico a las fronteras políticas de los Estados nacionales y se muestra partidaria de proteger las producciones nacionales de la competencia extranjera por medio de derechos de aduana y demás restricciones a las importaciones. Los argumentos a favor del proteccionismo esgrimidos por sus defensores son también múltiples: razones de seguridad nacional e independencia económica, alcanzar un nivel de desarrollo industrial mínimo, imposible inicialmente sin algún tipo de protección o tutela, superar desequilibrios crónicos de la balanza de pagos conseguir un desarrollo económico armónico entre las diferentes regiones del territorio y áreas de la actividad económica. Nacida con el mercantilismo, la doctrina económica proteccionista sostiene que el comercio internacional es un juego de suma nula: ninguna nación puede enriquecerse si no es a costa de que otra se empobrezca.

El proteccionismo es el blanco preferido de los partidarios del
librecambio, para los que el comercio sin trabas facilita la división internacional del trabajo a la vez que contribuye al progreso del producto nacional de un país y a la elevación del nivel de vida de sus habitantes. Los dos principales medios de proteccionismo son las tarifas aduaneras y la fijación de impuestos. El primero se propone garantizar al país que practica el proteccionismo un saldo positivo de los intercambios comerciales.


En el siglo XIX el
economista alemas Friedrich List (1789-1846) justificó de manera rigurosa el proteccionismo. Para List, la competencia sólo es posible y deseable entre naciones fuertes. Una nación en formación debe consolidar su economía mediante una convergencia de esfuerzos productivos que conviene proteger. Los postulados de List fueron aplicados por Bismarck y Hitler que, cada uno en su época y a su manera, limitaron el acceso de productos extranjeros al mercado alemán a la vez que mantenían la autonomía y la potencia militar mediante un sistema aduanero draconiano.


3 Los partidarios del proteccionismo disponen de una extensa
serie de argumentos para afirmar sus tesis. Según algunos, los derechos de aduana deben ser preservados cueste lo que cueste, pues constituyen importantes recaudaciones fiscales. Otros consideran la protección aduanera como el medio de mantener intactos el nivel de vida y el empleo de los asalariados de un país desarrollado para frenar la penetración de mercancías provenientes de naciones pobres en las que el precio de la mano de obra es poco elevado. El proteccionismo "diferenciado" es mássutil. En este caso, se trata de proteger algunas ramas de la economía de la concurrencia extranjera (en general, de la demanda de productores organizados en "grupos de presión").


4 Más allá de las manipulaciones monetarias (por ejemplo, devaluaciones en
serie), el retorno a cierta forma de proteccionismo permite proteger temporalmente el nivel de empleo en el país que se encuentra en posición defensiva. Del mismo modo, el proteccionismo puede contribuir a que un país en vías de desarrollo impida la entrada fácil de bienes que compiten con el progreso económico nacional y dificulte la importación de productos suntuarios de consumo (mediante la aplicación de elevados impuestos). No obstante, el proteccionismo sigue siendo sinónimo de precios interiores elevados y de productividad débil. En realidad, únicamente los países marginales y poco desarrollados pueden vivir aún sin grandes dificultades bajo este régimen, en la medida en que el consumo está poco diversificado y el nivel de vida es muy modesto.


5 Si el proteccionismo no coincide con los imperativos del
crecimiento que los Estados modernos deben enfrentar, las soluciones librecambistas tampoco pueden ser íntegramente aplicadas. El desarme aduanero que hoy puede observarse en el mundo es, en este sentido, significativo. La Comunidad económica europea corresponde a la ampliación de un mercado mediante la abolición progresiva de los derechos de aduana, aunque dentro del marco del sistema conocido como unión aduanera. Esta organización se diferencia de la zona de librecambio en que implica la adopción por parte de los países participantes de una tarifa exterior común, la cual puede adquirir para ciertos países y en períodos bien definidos un carácter proteccionista.

Libre comercio versus proteccionismo


Pocas medidas gubernamentales le hacen más daño a la gente que la politización de las decisiones económicas, al impedir que el mercado funcione. Es decir, no permitir que los ciudadanos tomemos libremente nuestras propias decisiones económicas es uno de los mayores daños que los políticos nos hacen. Por ello es sorprendente que en las actuales discusiones en el Congreso de Estados Unidos sobre las relaciones económicas con China y en los reportajes de la prensa se tienda a dejar fuera la razón principal para eliminar las trabas oficiales: el libre intercambio le conviene tanto a los estadounidenses como a los chinos.
No pongo en duda las buenas intenciones de los abanderados de derechos humanos que se oponen a que Estados Unidos conceda "relaciones comerciales normales y permanentes" a China. Ellos piensan que la examinación y renovación anual de las relaciones comerciales -como se ha venido haciendo desde 1979- les da un arma para presionar a las autoridades comunistas para que traten mejor a los disidentes y a grupos religiosos que no comulgan con el comunismo. Pero, en realidad, el camino más rápido hacia la democracia es que la gente común y corriente pueda pensar sobre otra cosa que comer completo cada día. En este sentido, el emergente capitalismo en China está creando una creciente clase media, cada día más independiente de los políticos comunistas y más en onda con la globalización. Pero, en Estados Unidos, líderes sindicales y empresarios proteccionistas utilizan los bonitos argumentos de los derechos humanos, aunque lo que realmente les interesa es mantener sus ventajas y privilegios a costa del consumidor.


Por otra parte, quienes se atemorizan del déficit comercial con China no quieren darse cuenta que lo que beneficia al país no es lo que exportamos sino lo que importamos. Lo que el país exporta beneficia, sin lugar a dudas, a los dueños y trabajadores de las empresas que ahora venden mercancías y servicios a los chinos, un número más o menos limitado. Pero los que nos beneficiamos de las importaciones de China somos todos porque ahora compramos ropa, zapatos deportivos, aparatos electrónicos y cientos de otros productos que los chinos están en capacidad de producir y vendernos a una fracción del precio que tendríamos que pagar por esos mismos productos manufacturados en Norteamérica. Para dar sólo un ejemplo: por varios siglos la ropa de seda estaba sólo al alcance de la gente rica. Hoy, gracias al comercio con China, la seda está al alcance de norteamericanos de bajos ingresos. Es decir, el libre comercio aumenta el nivel de vida de las masas, ya que son esas masas las que no pueden pagar la diferencia de precio que impone un arancel o una cuota de importación, medidas oficiales diseñadas para favorecer a ciertos y determinados grupos de presión cercanos a los corredores del poder.
El argumento económico del libre comercio fue claramente expuesto por el economista inglés David Ricardo (1772-1823) y es increíble que dos siglos más tarde una idea tan fundamental como esta no haya todavía calado totalmente en la clase política. Ricardo hablaba de los costos comparativos, hoy mejor conocidos como ventajas comparativas. Ellas comprueban que inclusive en el caso de que un país pueda producir absolutamente todo más barato que en el exterior, le conviene a su gente especializarse en la producción de bienes servicios donde la ventaja económica es mayor, importando todo lo demás. Esta realidad económica es lo que asegura que la globalización beneficia a todos los habitantes de la Tierra, exceptuando sólo aquellos que perciben altas rentas debido a privilegios políticos.


Como siempre sucede, quienes más vociferan son quienes están en peligro de perder sus privilegios, en este caso los textileros y la industria de la confección. Ellos se benefician directamente de los 24.400 millones de dólares que los estadounidenses todavía pagan en sobreprecio por su vestimenta y las telas que adquieren. Andrew Tanzer, de la revista Forbes, estima que las cuotas de importación hacen que un suéter que se vendería en $32 le cuesta al consumidor $44. Los consumidores no vamos a salir a manifestar en las calles por $12, pero los empresarios proteccionistas y los congresistas que representan los estados con alta concentración de industrias textiles sí están dispuestos a dar la pelea.


También es interesante notar que los trabajadores que se aferran a sus puestos en industrias no competitivas y, por lo tanto, en franca decadencia, no se benefician. Por el contrario, los trabajadores despedidos de la industria de la confección están hoy en día ganando 34 por ciento más en otras labores.


Recordemos también que fue David Ricardo quien primero acusó al Banco de Inglaterra, en 1809, de ser el culpable de la inflación, al imprimir demasiados billetes, por lo que los políticos en Washington no serían los únicos que hoy aprenderían mucho leyendo sus textos de economía.
Arancel


Un arancel es un
impuesto que se debe pagar por concepto de importación o exportación de bienes. Pueden ser "ad valorem" (al valor), como un porcentaje del valor de los bienes, o "específicos" como una cantidad determinada por unidad de peso o volumen. Los aranceles se emplean para obtener un ingreso gubernamental o para proteger a la industria nacional de la competencia de las importaciones. Impuesto o tarifa que grava los productos transferidos de un país a otro. El incremento de estas tarifas sobre los productos a importar elevan su precio y los hacen menos competitivos dentro del mercado del país que importa, tendiendo con esto a restringir su comercialización.


Arancel a la exportación.


Arancel de tránsito, cuando se gravan los productos que entran en un país con destino a otro.
Los más importantes y frecuentes son los segundos. Constituyen las barreras más comúnmente utilizadas en el comercio internacional y persiguen como fines específicos:


a. Disminuir las importaciones y mejorar la posición de la balanza comercial de los países.
b. Generar ingresos a la caja del Estado.
c. Proteger la producción nacional.
d. Protección y fomento de una industria incipiente. (Solamente en la medida de que dicha protección sea temporal).


Cuando un
buque arriba a un puerto aduanero, un oficial de aduanas inspecciona el contenido de la carga y aplica un impuesto de acuerdo a la tasa estipulada para el tipo de producto. Debido a que los bienes no pueden ser nacionalizados (incorporados a la economía del territorio receptor) hasta que el impuesto no sea pagado, es uno de los impuestos más sencillos de recaudar, y el costo de recaudación es bajo. Aunque siempre los contrabandistas encuentran modos de evitar el pago de estos impuestos.


Fundamento económico


La instauración de aranceles responde a la idea de que el
comercio internacional, bien de manera genérica o sólo en algunos casos, produce efectos negativos a la economía de un país. Desde el punto de vista económico, la importación de bienes desplaza la producción del interior del país, con lo que pueden existir trabajadores que pierdan sus puestos de trabajo. Otro tipo de argumento es el déficit que puede provocar en la balanza de pagos debido a las importaciones.
Los pensadores clásicos (
Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill), estuvieron en contra de las restricciones al comercio internacional; ellos argumentaban que las barreras creaban distorsiones en el sistema económico y al final, forzaban al país importador a producir bienes de manera ineficiente, generando a su vez, un coste muy alto para la sociedad puesto que los factores productivos no serían utilizados en forma óptima.


Tipos de aranceles


"Arancel de valor agregado" o ad valorem es el que se calcula sobre un porcentaje del valor del producto (CIF), ej: 10 céntimos por cada euro.


Arancel específico, se basa en otros criterios como puede ser el peso, por ejemplo 5€ por 10 kilos.


"Arancel de renta" es una serie de tarifas designadas fundamentalmente para recaudar fondos por un gobierno. Por ejemplo, un arancel para importación de
café (en un país que no produce café) recauda una cantidad estable para el gobierno.


"Arancel mixto" Es el que esta compuesto por un arancel ad valorem y un arancel específico que gravan simultáneamente la importación.


"Arancel anti - dumping" Es un arancel que se aplica a la importación de productos que se sabe que reciben subvenciones de los países donde se producen. Subvenciones que les permiten exportar por debajo del coste de producción.


Efectos del arancel


Los efectos fundamentales que provoca un arancel a la importación, en la economía de un país son los siguientes:


El efecto fiscal supone un incremento de la recaudación del Estado y en los productos con demandas inelásticas (demanda de productos indispensables), mayor será la recaudación fiscal, ejemplo de ello son los aranceles a la importación de la gasolina.


Disminución de las importaciones y del consumo de los productos.


Aumento del precio de los productos objeto de arancel en el mercado nacional, es por tanto negativo para el consumidor. Además de impulsar al país utilizar recursos ineficientemente sacrificando la producción y especialización en los bienes donde existen ventajas comparativas.


Aumento de la producción nacional de bienes con arancel, La imposición de un arancel tiene 2 caras por un lado, sirve de protección al permitirle a las empresas instaladas crecer exentas de la competencia del mercado internacional, y por otro lado, un exceso de protección puede producir que el protegido elabore un producto en condiciones de ineficiencia esto por cuanto, esta producción se obtiene al amparo del arancel y a costes por encima de los internacionales y desviando recursos que se utilizarían para producir otros bienes con mayores ventajas competitivas.


Aranceles de represalia


Determinadas posturas están de acuerdo en que un mundo de
libre comercio es el mejor solución al comercio internacional, sin embargo indican que en el estado actual de la economía, mientras que haya países que limiten las importaciones o discriminen los productos extranjeros, no existe otro remedio que emplear el mismo juego para defenderse. Se estará de acuerdo con el libre comercio mientras se empleen las mismas condiciones en todos los países.


Este argumento no está bien fundamentado en el análisis, de hecho, cuando un país eleva sus aranceles, tiene un efecto similar a que se elevaran sus costes de transporte. Se encontraría un símil para el hecho de que si un país decidiera frenar su comercio minando sus puertos, los demás no deberían tomar la misma decisión; de igual forma si un país decide reducir su actividad económica imponiendo aranceles sobre sus importaciones, no sería sensato que los demás siguiesen ese mismo comportamiento. Los estudios históricos muestran que los aranceles de represalia suelen llevar a otros países a elevar aún más los suyos y que raras veces constituyen un arma de negociación eficaz para la reducción multilateral de los aranceles.



Para defender a una economía de los posibles efectos negativos del comercio internacional se puede utilizar los aranceles y también otro tipo de
barreras no arancelarias como son:


Contingente, que consiste en una limitación del número de unidades que pueden ser importados.
Control de cambios. Mediante la restricción de
divisas y el establecimiento de tipos de cambio distintos según la mercancía que se importa.


Subsidios a la producción. Subvencionar una producción para dificultar las importaciones.
Impuestos sobre el consumo de bienes importados.


Establecimiento de trabas administrativas que obstaculicen la entrada de productos extranjeros.



“El libre comercio implica, en su estado más puro, que las importaciones y las exportaciones de todos los países del mundo se realizan sin pagos de aranceles, sin asignaciones de subsidios en los países de origen y sin barreras para-arancelarias (prohibiciones de ingreso basadas en criterios arbitrarios como país de origen, productos, contenido de determinados componentes, etc.).
Obviamente, el mundo real no muestra evidencia de que haya al menos un solo país que tenga tales características. Esto se debe a que los responsables de la toma de decisiones en los países se guían por múltiples criterios y no solo por el de la eficiencia. Entre otros, tienen en cuenta criterios de equilibrio y negociación con grupos de poder, estrategias geopolíticas, objetivos valiosos para la política como la autosuficiencia alimentaria, o el saldo positivo de la balanza comercial o el bajo nivel de desempleo.
De la mano de la crisis financiera internacional desatada en 2008 vino la recesión económica que estará entre nosotros seguramente todo el año 2009. Con la recesión vienen la caída del consumo y el aumento del desempleo. En general, los bienes importados son los primeros que las familias dejan de comprar en tales situaciones.
Los países donde se originó la crisis (Estados Unidos, Europa y Japón) serán los principales afectados por el aumento del desempleo. Para volver a recuperar los niveles de actividad previos a la crisis apelarán a distintas medidas. Me interesa en esta ocasión destacar las medidas vinculadas al comercio internacional.
Para librarlas de la competencia internacional y atenuar los efectos del desempleo, estos países podrían apelar a medidas proteccionistas. Estas medidas perjudicarían, principalmente, a los países que exportan mucho a Estados Unidos, Europa y Japón.
A su vez, estas naciones tendrán incentivos para aplicar represalias y proteger a sus propias actividades que compiten con empresas de los países desarrollados.
Los países subdesarrollados y en vías de desarrollo (Argentina, por ejemplo) que no están fuertemente vinculados a los países dónde se inició la crisis también sufrirán los efectos de la recesión y el desempleo pero en menor medida. También ellos podrían sentirse tentados a proteger sus actividades económicas con mayores aranceles o prohibiciones a la importación como ya lo están haciendo Rusia, Brasil e Indonesia.
Así pronto el mundo se vería envuelto en una nueva oleada de medidas proteccionistas que solo traerían mayor disminución de los volúmenes de comercio, menor producción y mayor desempleo que los que sufriríamos por la sola causa de la crisis financiera internacional.
Es decir, el proteccionismo solo agravaría los efectos negativos de la crisis financiera. Sería muy interesante que lo lectores accedieran al discurso que Pascal
Lamy, Director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), brindó el 18 de diciembre de 2008 para entender sus preocupaciones a este respecto.


GATT


El GATT, acrónimo de General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo general sobre comercio y aranceles) es un
tratado multilateral, creado en la Conferencia de La Habana, en 1947, firmado en 1948, por la necesidad de establecer un conjunto de normas comerciales y concesiones arancelarias, y está considerado como el precursor de la Organización Mundial de Comercio. El GATT era parte del plan de regulación de la economía mundial tras la Segunda Guerra Mundial, que incluía la reducción de aranceles y otras barreras al comercio internacional.


El funcionamiento del GATT se basa en las reuniones periódicas de los estados miembros, en las que se realizan negociaciones tendentes a la reducción de aranceles, según el principio de reciprocidad. Las negociaciones se hacen miembro a miembro y producto a producto, mediante la presentación de peticiones acompañadas de las correspondientes ofertas.
Política Comercial Americana anterior al GATT


Mientras que los Estados Unidos siempre han participado en el comercio internacional, no tomó un rol activo en la creación de políticas de comercio hasta la Gran Depresión. El Congreso y el Ejecutivo tenían conflictos en decidir la medida adecuada de promoción comercial y
proteccionismo. Para estimular el empleo, el Congreso aprobó el Acta de Acuerdos Comerciales Recíprocos (Reciprocal Trade Agreements Act) de 1934, permitiendo al Ejecutivo negociar acuerdos comerciales bilaterales por un período de tiempo determinado.


Durante la década de los años 30 la cantidad de negociaciones bilaterales bajo esta acta estaba limitada y consecuentemente hizo poco para expandir el comercio mundial. En los 40, trabajando con el gobierno Británico, Estados Unidos desarrolló dos innovaciones para expandir y regular el comercio entre naciones: el Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT) y la
Organización Internacional de Comercio (ITO). El GATT fue temporalmente un acuerdo multilateral diseñado para proveer un marco regulatorio y un forum para negociar reducciones arancelarias al comercio entre naciones.


GATT en 1947


El origen del GATT se encuentra en la reunión de la comisión preparatoria de la conferencia internacional de comercio, bajo el patrocinio de la ONU, tuvo lugar en Londres a finales de 1946. La segunda sesión se celebró en Ginebra en 1947 y en ella se elaboró un proyecto de Carta de Comercio Internacional, que se completó en la Conferencia de la Habana en noviembre de 1947. La primera versión del GATT, desarrollada en 1947 durante la Conferencia sobre Comercio y Trabajo de las
Naciones Unidas en La Habana, es referida como “GATT 1947”. En enero de 1948, el acuerdo fue firmado por 23 países.


Funcionamiento


El GATT durante los años 1950 y 1960, contribuyeron a un crecimiento mundial debido al éxito en las continuas reducciones de aranceles. De 1970 a 1980, el GATT tuvo una crisis acelerada debido a la reducción de los aranceles a niveles tan bajos, lo cual inspiró a los gobiernos de Europa y Estados Unidos idear formas de protección para los sectores que se enfrentaban con una mayor competencia en los mercados, crearon altas tasas de interés.


GATT 1974 en los Estados Unidos


El GATT, como acuerdo internacional, es similar a un Tratado. Bajo las leyes de los Estados Unidos es clasificado como un acuerdo del Congreso-Ejecutivo. Basado en el
Acta de Acuerdos Comerciales Recíprocos, permitió al ejecutivo negociar sobre acuerdos comerciales con autorización temporal del Congreso. Por ese momento funcionó como un sistema provisional pero prometedor sistema de comercio. El acuerdo está basado en el “principio incondicional de la nación más favorecida”. Esto significa que las condiciones aplicaban a las naciones comerciales más favorecidas (ej. la que tuviera menos restricciones aplicaba a todas las otras naciones).


El GATT y la Organización Mundial del Comercio (OMC)


En 1994 el GATT fue actualizado para incluir nuevas obligaciones sobre sus signatarios. Uno de los cambios más importantes fue la creación de la
OMC. Los 75 países miembros del GATT y la Comunidad Europea se convirtieron en los miembros fundadores de la OMC el 1 de enero de 1995. Los otros 52 miembros del GATT reingresaron en la OMC durante los 2 años posteriores. Desde la creación de la OMC, 21 naciones no miembros del GATT ingresaron y 28 están actualmente negociando su membresía. De los miembros originales del GATT, sólo Yugoslavia no reingresó a la OMC. Las partes contratantes que fundaron la OMC oficialmente dieron por finalizados los términos del acuerdo del “GATT 1947” el 31 de diciembre de 1995.


Diferencia entre el GATT y la OMC


El GATT es un sistema de reglas fijadas por naciones mientras que la OMC es un organismo internacional. La OMC expandió su espectro desde el comercio de bienes hasta el comercio del sector de servicios y los derechos de la propiedad intelectual. A pesar de haber sido diseñada para servir acuerdos multilaterales, durante varias rondas de negociación del GATT, particularmente en la Ronda Tokio, los acuerdos bilaterales crearon un intercambio o comercio selectivo y causaron fragmentación entre los miembros. Los arreglos de la OMC son generalmente un acuerdo multilateral cuyo mecanismo de establecimiento es el del GATT. Sin embargo los cambios más relevantes se pueden enumerar como siguen: Mayor número de miembros, el GATT carecía de una base institucional, mientras que la OMC tiene una estructura bien definida y en función de sus acciones, ampliación del ámbito de aplicación de las actividades comerciales reguladas por la OMC y es por ello que se puede decir que este es el foro más grande en temas de comercio, por último después de llegar la OMC se dan algunos acuerdos multilaterales de comercio y defensa de este, como en los casos de la protección al derecho de autor y los nuevos derechos informáticos en practicas comerciales.


Rondas del GATT


Ronda de Ginebra (1948): 23 países. Se pone en vigencia el GATT Ronda de Annecy (1949): 13 países. Ronda de Torquay (1951): 38 países. Ronda de Ginebra (1956): 26 países. Reducción de aranceles. Se fija la estrategia para futuras políticas del GATT respecto a países en desarrollo, mejorando su posición como participantes del tratado. Ronda Dillon (1962): 26 países. Reducción de aranceles. Ronda Kennedy (1967): 62 países. Reducción de aranceles. Se dio por primera vez una reducción general en los aranceles en lugar de especificar producto por producto. Acuerdo anti-dumping (en los Estados Unidos fue rechazado por el Congreso).


Ronda de Tokio (1973-1979 [1]): 102 países [2]. Reducción de barreras no arancelarias. También redujo aranceles sobre bienes manufacturados. Mejora y extensión del sistema GATT.


Ronda de Uruguay (1986): 125 países. Se creó la OMC para reemplazar el GATT. Reducción de aranceles y subsidios a la exportación, reducción de límites de importación y cuotas sobre los próximos 20 años, acuerdo para reforzar la protección a la propiedad intelectual, extendiendo la ley comercial internacional al sector de los servicios y liberalización de la inversión externa. También hizo cambios en el mecanismo de establecimiento de disputas del GATT.

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